Hace ya más de diez años que cayó el régimen de los talibanes en Afganistán pero las cosas han cambiando muy poco para miles de mujeres.
Según denunciaba hace dos días Human Rights Watch hasta 400 mujeres permanecen encarceladas en este país por crímenes morales.
Huir de casa para no seguir siendo maltratadas por un cónyuge, resistirse a un matrimonio de conveniencia siendo adolescente o haber sido violadas, son los crímenes de honor que ha llevado a muchas mujeres a prisión.
Sin embargo, oficialmente todas ellas están condenadas por adulterio, delito que si contempla el código penal afgano a pesar de los cambios renovadores.
HRW recoge en un nuevo informe 58 sobrecogedores testimonios de mujeres que cuentan como generalmente son sus familias las que les denuncian por haber cometido semejantes deshonras. Una vez detenidas por la policía, son obligadas a admitir el delito de adulterio (pues es la única forma de poder condenarlas) bajo coacciones y maltratos físicos. Así, acaban firmando las confesiones sin ningún tipo de asistencia legal y terminan por ser condenadas a penas de hasta ocho años en juicios sin garantías legales mínimas.
Muchas ellas se libran así de la muerte a manos de sus maridos pero algunas como K. Homa, afirman quehubieran preferido suicidarse de saber lo que les esperaba.
Y es que cuando salgan de la cárcel, les espera la deshonra, el rechazo social y en muchos casos el miedo a que sus maridos las asesinen. Por eso, algunas huyen lo más lejos posible, otras no tienen mas remedio que prostituirse para sobrevivir tras haber sido repudiadas por sus maridos, y algunas vuelven al hogar del que partieron.
Lo más preocupante quizás de todo ello es que estas terribles historias se siguen dando con una frecuencia pasmosa a pesar de los importantes avances sobre los derechos de la mujer que ha ido introduciendo el gobierno corrupto de Hamid Karzai.
Parece que tras tantos años de fundamentalismo, subdesarrollo y guerra, la sociedad afgana tiene enquistados unos valores sobre las mujeres que no van a cambiar de la noche a la mañana. HRW denuncia en su informe como algunos fiscales que han llevado éstos casos se sonríen ante las preguntas y las investigaciones de los activistas y como la Corte Suprema ha recomendado a sus jueces enjuiciar a las afganas huidas, a pesar de que oficialmente no es un delito.
Si bien HRW y otras organizaciones alaban algunos importantes avances logrados en Afganistán, logrados sobretodo gracias a la presión internacional y a la labor de muchas de las mujeres que forman parte del gobierno y las instituciones, exige la inmediata puesta en libertad de todas éstas mujeres y nuevas reformas que acaben de una vez por todas con estas vergonzosas prácticas que la intervención occidental no ha sabido defenestrar.
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