lunes, 28 de mayo de 2012

Los indignados pro sistema

El 15-M no forma un partido porque cree que la voz popular debe ser suficiente para modelar las instituciones y adaptarlas a las necesidades de la gente. ¿Hay algo más democrático que eso? Es una forma de acción política desde lo más profundo de la voluntad popular. 


Sus miembros, son ciudadanos informados y mucho más cultos que otros que viajan en primera y dicen "si si si" a los expertos en economía "institucional" que ahora propugnan por los recortes masivos y hace solo unos años dejaron inflar la burbuja de la inmundicia.


Sus voces están apoyadas por  otros cientos de intelectuales y expertos en ciencias política, que saben ver cómo este tipo de acciones populares van en beneficio ante todo de la transparencia y la democracia, exigiendo la responsabilidad debida a nuestros representantes. Premisas supuestas bajo que en toda democracia se cumplen y en ninguna se hace: responsabilidad  de los actos cometidos, recibir las demandas de los ciudadanos y aplicarlas... y tantas otras más. 



Miles de personas ocuparon hace días la puerta del Sol en Madrid  (30.000) y las principales plazas de las grandes ciudades de España, para reivindicar una vez más el rechazo a las decisiones que están llevando a cabo las principales instituciones políticas y económicas y para demostrar que la concienciación ciudadana del pasado 15-M no fue pasajera.



En Londres, Lisboa, Franckfurt, Atenas y Roma hubo también movilizaciones masivas con las mismas consignas: servicios públicos de calidad, fuera privilegios políticos, más democracia participativa, no a las a ayudas a los bancos…
Todos entienden que la crisis pasa factura pero casi nadie esta de acuerdo en la forma de acometerla. Muchos recriminan al movimiento 15-M y Democracia Real Ya sus reivindicaciones utópicas sin ofrecer alternativas.
Nada más lejos de la realidad. Éste tipo de movimientos carece de ideología en el sentido de que no pretende instaurar un nuevo sistema político y económico, pero mantiene muy firmes sus convicciones de que es necesario reformar muchos aspectos que hacen del sistema democrático deficiente para ofrecer resultados positivos a la ciudadanía. Y que con esos cambios, defienden, es posible una mejoría no sólo de la economía sino de la legitimidad de un sistema político-económico en crisis de aceptación.
Desde el 15-M por ejemplo se pide más transparencia para las acciones de la clase política. Que publiquen claramente su patrimonio, que acaben sus privilegios legales ligados al cargo o que se terminen sus pensiones vitalicias que se le otorgan a un diputado por haber ocupado escaño en la cámara sólo cuatro años.
Se exige un aumento de la fiscalidad a las grandes fortunas, la eliminación de las SICAV, la tasa financiera Tobin o el control de la fuga de capitales y la fiscalidad.
Se reivindica un mayor control a las entidades bancarias, con prohibiciones en inversión para ellas en los paraísos fiscales o la prohibición de inyecciones constantes de capital…en favor de la nacionalización de los bancos con dificultades y de la regulación de la mala praxis especulativa.
Dación en pago sobre las viviendas para que la gente que puede  perder su casa o deba seguir pagando intereses, ayudas a la investigación o la jubilación a los 65 años son otras de sus decenas de reivindicaciones, que entran según las encuestas en los deseos de la mayoría de la ciudadanía.
Son propuestas lógicas y nada antisistémicas. Es más, son pro sistema, pues lo reforzarían de llevarse a cabo todas ellas, pero ¿son factibles con la crisis?
La mayoría esta claro que son posibles y hay otras que pueden parecer algo utópicas, como aumentar varios puntos la fiscalidad de las SICAV de las grandes fortunas, lo que podría llevar a la fuga de capitales, sin embargo, nuevas leyes podrían evitar éstas fugas si la UE diera un paso al frente también en éste sentido.
La dación en pago de las viviendas haría perder mucho dinero a los bancos pero de todas formas, el precio de las viviendas se derrumba día a día y se prevé que descenderá un 30% más, por lo que la banca va a perder mucho dinero con la vivienda de todas formas ya que entidades como Bankia poseen un tercio de las viviendas nuevas construidas.
Además, los bancos tampoco están ofreciendo crédito a pesar de las inyecciones de capital para sanearse. ¿Se imaginan si a cada español con posibilidades de devolverlo le hubiera dejado el Estado solamente varios miles de euros, una pequeña parte de lo prestado a la banca, al mismo tipo impositivo que a los bancos? Hoy no estaríamos hablando de tragedias humanas y estoy seguro de que la mayoría lo hubiera gestionado muy bien para crear negocios. Además el consumo también se habría reactivado.
Las instituciones políticas siguen creyendo a pies juntillas las recomendaciones de grandes compañías y los bancos, que más allá de velar por el interés social y la salida de la crisis miran ante todo por su propio interés.
Son los mejores vendedores del mundo, también de ideas sobre máximas de lógica económica inamovibles para que funcione el sistema amparándose en su condición de conocedores del sistema económico. Pero hasta ahora sus recomendaciones no han valido para nada.
Hace meses, la ex ministra de Economía, Elena Salgado nos aseguró que las ayudas a la banca reactivarían el crédito y que la banca no necesitaría más capital. Ahora se necesitan varias decenas de miles de millones más para rescatarla y el crédito sigue estancado.
La crisis iba a acabar en 2010, nos dijeron, luego se alargó la salida para principios de 2013 y ahora el FMI anunciaba hace unas semanas que no habrá crecimiento hasta 2017. ¿Quien era más utópico, el 15-M o el gobierno en 2010?
Si Grecia salía del euro Europa se derrumbaría pero hace unas semanas que se prepara ya una posible salida de Grecia de la moneda común. 
Un trabajador de un banco de inversión británico nos contaba hace un tiempo que ya en 2007, cuando empezaron a parecer los primeros problemas en su banco y el nerviosismo y los comentarios empezaron  hacerse comunes en algunos empleados, algunos cargos medios-altos de la entidad les aseguraron “Tranquilos no vais a quedaros sin empleo, hay que arriesgar y aprovechar el momento para aumentar beneficios como sea en el tope de la ola, cuando caiga si hay problemas, el gobierno nos salvará”.
La crisis no se podía prever nos decían... cuando era evidente pocos años antes que la burbuja iba a estallar de un momento a otro, aunque no pudiéramos imaginar consecuencias tan catastróficas.