Carney goza de bastante prestigio en el mundo financiero. Trabajó durante 13 años en Goldman Sachs, precisamente durante la época en que el banco de inversión asesoraba al gobierno ruso en sus reformas financieras al tiempo que invertía en su contra en los mercados.
El nuevo gobernador ya tiene experiencia en el cargo pues que ha dirigido el Banco de Canadá desde 2008 , y ejerció como subgobernador entre 2003 y 2007.
Más tarde, mientras fue gobernador del Banco de Canadá aportó liquidez al sistema financiero y se comprometió a mantener las tasas de interés en el nivel más bajo posible. La rápida capitalización de la banca canadiense y la recuperación económica del país le valieron alagos por parte de la prensa financiera.
En 2011 fue nombrado presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, donde publicó una lista de las 29 entidades consideradas "lo suficientemente grandes como como para provocar un riesgo para la economía mundial si no eran atentamente vigiladas". Y desde principios de este año ha ocupado la presidencia del Banco de Pagos Internacionales para el fomento de la cooperación entre los bancos centrales.
Es miembro también del controvertido Grupo de los 30. Un verdadero grupo de presión formado por personajes como Jean Claude Trichet, el presidente de la FED neoyorquina William C. Dudley, el criticado Domingo Cavallo, Zhou Xiaochuan, ex presidente del Banco de Construcción de China y actual Gobernador del Banco Popular de China, o los españoles Jaime Caruana y Gullermo de la Dehesa, de Banco Santander.
Este organismo propugna por la mejora de la supervisión financiera, por la necesidad de un "claro enfoque institucional de la autoridad frente a las tensiones de las políticas reguladoras y en su último informe abordaban la necesidad de "hacer hincapié en los valores influyen en el comportamiento de las personas con responsabilidades de gobierno promoviendo cambios en las forma en que estas personas piensan sobre de sus responsabilidades".
El principal reto de Carney será llevar a cabo la reforma del Comité de Política Financiera del Banco de Inglaterra, que le otorgará de nuevo al organismo competencias en el control de la banca tras haber sido retiradas por los laboristas hacia la Autoridad de Servicios Financieros para su control alejado de los viejos intereses del partido conservador.