lunes, 16 de julio de 2012

Peña Prieto, el resurrector del PRI


Tras un parón de 12 años en el poder, el que fuera el partido hegemónico en México durante  casi setenta años volverá al gobierno de la mano de Enrique Peña Nieto, un candidato que asombra en sentidos opuestos.
Somos una nueva generación, ya no hay regreso al pasado” afirmaba Nieto tras la victoria de ayer en las elecciones presidenciales por un margen del 6% frente al candidato de la coalición izquierdista, López Obrador.
Peña Nieto se presentaba antes de las elecciones como la verdadera oportunidad del PRI para volver al poder tras doce años de gobierno del conservador PAN. Las reformas institucionales pendientes, el aumento de la violencia ligada al narcotráfico y el empobrecimiento de más de doce millones de personas  bajo el mandato del anterior gobierno conservador dejaban una oportunidad de oro para llegar a la presidencia tanto para el candidato del PRI como para el querido López Obrador de la coalición izquierdista PRD.
El gran avance de la coalición de liderada por Obrador, que se ha quedado a tan sólo seis puntos de la presidencia y ha obtenido la victoria en la cámara de DF y en estados importantes de la unión como Tabasco, Guerrero, Veracruz, Oaxaca…  así como el apoyo de gran parte de los jóvenes mexicanos, no ha sido capaz derrocar a un PRI ha sabido y podido explotar mejor el descontento de la sociedad mexicana.

Su candidato, Peña Nieto se ha presentado como un “pragmático sin ideología” que “ha roto con el pasado del PRI” prometiendo “una democracia con resultados” en la que afirma, se llevará a cabo una reforma fiscal que baje los impuestos, una reforma laboral que impulse el empleo, una feroz lucha contra la violencia y la corrupción y la apertura a la inversión extranjera del monopolio de Pemex, la empresa nacional de Petróleo.

Como afirma el periodista mexicano Jorge Zepeda Patterson: “hay algo del PRI en el ADN colectivo de los mexicanos” tras setenta años en el poder, por eso los electores han preferido un candidato que aunque representa sin duda el pasado, ofrece una mayor confianza para poder realizar grandes cambios que transformen el país gracias la confianza de la experiencia y al el peso institucional que sólo el  PRI puede ofrecer. Todo ello a pesar del oscuro pasado de autoritarismo y corrupción de un partido que gobernó México durante sesenta y ocho años en una verdadera dictadura blanda.

Pero también gran parte del éxito cosechado por Nieto su se deba al apoyo en esta campaña de la mayoría de canales de televisión, sobretodo por parte de Televisa. La propia oposición ha visto a Peña Nieto como un simple candidato telegénico para gustar a las masas fabricado por el PRI y Televisa, la principal cadena del país.

Y es cierto es que ante todo Peña Nieto es imagen. A pesar de ser licenciado en Derecho, se trata de un hombre con muy poca formación intelectual. En la reciente Feria del Libro de Guadalajara fue incapaz de citar tres librosque hubiera influido en su vida. También se dice que nunca participó en los debates intelectuales de su partido.

Sin embargo, Nieto también es un hombre idóneo para la alta política. En palabras de “un viejo priista” recogidas por el corresponsal  de ElPaís, Luis Prados “Nieto tiene más de cabrón que de bonito”.

El próximo presidente ha sabido deshacerse y domar a sus adversarios dentro del partido y se ha rodeado de las viejas élites del PRI. Su gran imagen, que le ha convertido en un ícono para millones de mujeres, su pragmatismo y quizás su capacidad para ser moldeado por los viejos priistas le han convertido en el candidato perfecto para el consenso, tanto dentro del PRI como en todo México.
Sin embargo, tampoco tendrá las cosas fáciles para realizar los cambios que pretende pues tendrá que lidiar con un gobierno de izquierdas en DF y con una cámara tripartita en la que no tendrá  mayoría suficiente para sacar adelante por sí solo todas sus propuestas. El PRI tendrá que hacer grandes pactos con el PAN y la izquierda para llevar a cabo las reformas fundamentales que requerirán en muchos casos dos tercios de la cámara.