Parece que con el paso de los años, esta época en la que vivimos será vista como el inicio de una nueva era: la sociedad globalizada, la aldea global o la Sociedad Red.
O quizás realmente solo asistimos al desmoronamiento de lo que queda de la era industrial, al fin de la era contemporánea en la que las viejas estructuras se van resquebrajando con el avance de la tecnología y el nacimiento de la sociedad crítica después de un mundo bipolar en la que sólo cabían dos modelos.
O quizás realmente solo asistimos al desmoronamiento de lo que queda de la era industrial, al fin de la era contemporánea en la que las viejas estructuras se van resquebrajando con el avance de la tecnología y el nacimiento de la sociedad crítica después de un mundo bipolar en la que sólo cabían dos modelos.
Y sin duda alguna los nuevos gurús, los líderes del cambio de esta era no podían ser otros que los jóvenes anónimos y empobrecidos que reivindican en las plazas, los nuevos presidentes del tercer mundo que desafían el modelo imperante, los blogueros críticos de oriente medio o hackers como Julian Assange.
Assange es más que un activista con intereses más o menos individuales, colectivos o económicos. Wikileaks ha precipitado las revoluciones de Oriente Medio y ha puesto en verdadera evidencia a las altas estructuras de poder mediante el arma y la maquina de vapor de esta nueva era, la información convertida en conocimiento.