El conflicto social se recrudece en el sur de Europa
“He perdido amigos, mi familia sufrió, pero nada de eso es comparable con los que sufrirá nuestra gente si no hacemos lo correcto… Pese al enfado que llevamos dentro, debemos perseverar”.
Así se dirigía a la nación griega el primer ministro griego Lukas Papademos el pasado viernes 10 de febrero.
Mientras tanto, miles de manifestantes, haciendo caso omiso, continuaban en las calles exigiendo al gobierno de concentración nacional que no acepte los planes de rescate de la Troika europea (BCE, Comisión Europea y FMI) y no ceda a las exigencias de Ángela Merkel, que obligarían a un nuevo recorte de 3.300 millones en gasto público, una nueva rebaja del salario mínimo y el despido de 150.000 funcionarios antes del 2015.