jueves, 22 de diciembre de 2011

Luis de Guindos, el nuevo ministro que conoce demasiado bien a los especuladores


Un gobierno de técnicos, afines y de muy buen ver para los mercados.  Ese es el perfil que ha elegido Mariano Rajoy para su equipo de gobierno.

No ha habido demasiadas sorpresas en los nombres, quizás se han quedado fuera algunos como Moragas o González Pons, pero que ocuparán sin embargo puestos de importancia en el gabinete y en el partido.


El que para muchos analistas era la apuesta segura para el Ministerio de Economía desde hace meses era Luis de Guindos. ¿Por qué?


A parte del notabilísimo currículum público del nuevo ministro: economista del estado a los 23 años, Ex Director General de Política Económica y Secretario de Estado de Economía con Aznar… De Guindos posee otro perfil, y una experiencia clave para ocupar la nueva cartera de economía: haber sido ex asesor para Europa de Lehman Brothers y otras sociedades de inversión menores.


Tampoco es casualidad que el actual primer ministro italiano Mario Monti, sea un ex Goldman Sachs, el banco de inversión más influyente, al igual que el nuevo Primer Ministro griego, el nuevo Ministro de Finanzas griego, el Nuevo Primer Ministro portugués o el nuevo Presidente del BCE, Mario Draghi. Todos ex Goldman Sachs y elegidos a excepción de Pedro Passos Coelho sin elecciones.


Se trata de hombres que por su perfil deben dar confianza a los mercados por aquello de que los dirigirán como una empresa (tal y como dijo Rajoy en el discurso de investidura que se debía dirigir un estado) reduciendo el déficit, con políticas económicas neoliberales… y sobretodo, pagando la deuda correspondiente a los acreedores de los estados.


Son hombres sobre los que se ha insistido desde la UE en incorporar para hacer los recortes necesarios haciendo a la vez un guiño a los inversores.


Todo esto podría tratarse de una buena estrategia de los gobiernos para frenar la especulación sobre las cuentas públicas, lo que ocurre es que éstos bancos de inversión y mucha gente no lo sabe, se han dedicado y se dedican precisamente a especular sobre las deudas soberanas.


Lo hacen comprando deuda a un precio determinado (los intereses a pagar al estado en cuestión) y tras emitir informes sobre lo mal que están las cuentas públicas, generan que en las próximas subastas los nuevos inversores pidan mayores intereses a los estados. Ellos revenden su deuda adquirida a un precio más bajo que la nueva subasta pero más alto del que lo compraron, y recogen beneficios.


Es una de las diversas formas de especular. ¿El peligro? Que un buen día un estado se declare en suspensión de pagos. Pero que mejor para evitar esto que situar a ex directivos al frente de gobiernos y ministerios de economía que se encarguen de hacer recortes y pagar a los acreedores, entre ellos éstos mismos bancos de inversión.

No es que estemos hablando de una conspiración sino que éstos la banca de inversión poseen tal poder con éstas prácticas que desde la UE y los parlamentos se decide colocar a éstos expertos en finanzas que conocen muy bien éstas prácticas; no sabemos si para lidiar con ellas, para poder influir sobre las estrategias de éstos bancos y colocar la deuda a precios más bajos o para transmitir confianza en las cuentas públicas.


El caso es que la jugada, al igual que con la burbuja financiera les vuelve a salir redonda a la banca de inversión, que ha quedado muy tocada con la crisis, pero a cuyos directivos no les ha ido nada mal con ella.


Quizás fuera imposible haber rescatado a Lehman Brothers, quizás no. El caso es que éstos bancos se han puesto las pilas y no están dispuestos a quedarse atrás en el juego de los beneficios, a sabiendas que los estados no les van a rescatar y menos ahora que no hay dinero, han decidido hacer un ataque sin paliativos a las deudas soberanas y han logrado influir directamente en los gobiernos ahora de la UE, de una forma u otra.